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jueves, 1 de diciembre de 2011

Guillermo O’Donnell



Por Javier Lorca

“He escrito muchas cosas en muchos lados, pero no son más que una obsesionada reflexión sobre la Argentina.” Guillermo O’Donnell pronunciaba esas palabras hace dos años, cuando volvía a radicarse en el país tras una ausencia de décadas, y hoy parecen la definición más íntima no sólo de las corrientes profundas de su legado, sus libros y ensayos que –ya es lugar común señalarlo– se convirtieron vertiginosamente en clásicos de la bibliografía académica para todas las ciencias sociales, también de su propia trayectoria como intelectual preocupado por su tiempo, con rigor científico y calidad humana, cuidadoso en el uso de una palabra que sabía cargada de prestigio, siempre atento a no dejarse distraer por el chisporroteo de la coyuntura, concentrado en leer y conceptualizar los grandes procesos de la política contemporánea. Ayer, a los 75 años, O’Donnell falleció víctima de un cáncer.

“Nací en un mundo de clase alta, muy conservador –contaba él–. Viví el odio de esa clase contra quienes les habían sacado el país. El país era de ellos y, de repente, toda una invasión de personas con extraños apellidos, de empresarios ‘chantapufis’, según ellos, instigados por la sustitución de importaciones, y, por supuesto, de los ‘cabecitas negras’ del peronismo, les habían robado todo.” O’Donnell había nacido en 1936, en Buenos Aires, y quizás en esa cruda conciencia de su entorno, en la contradicción entre los resultados de su facultad autorreflexiva y los mandatos de clase, residiera el germen tanto de su vocación y compromiso crítico, como, menos importante pero no menos evidente para quienes lo conocieron, el contraste entre las implicancias de sus ideas y sus modos refinados, casi aristocráticos. Acaso debió sobrellevar esa misma dualidad preocupado por su tierra, pero lejos de ella (el pensar contra la propia circunstancia), o cuando se vinculó a Carlos “Chacho” Alvarez y, más cercanamente, a Ricardo Alfonsín (la tensión entre teoría y práctica).

Antes de llegar a ser uno de los más reconocidos politólogos del mundo, uno de los padres de la disciplina en la Argentina, O’Donnell se había recibido de abogado en la UBA con apenas 22 años. En los ’60 estudió ciencia política en los Estados Unidos, en la Universidad de Yale. Entre sus primeras obras se destacó el libro Modernización y autoritarismo, publicado en 1972. Ya para mediados de esa década, tras participar de la fundación del Centro de Estudios de Estado y Sociedad, oasis para los miembros de una universidad tomada por la derecha, trabajaba y concluía su libro más reconocido: El Estado burocrático autoritario. En sus páginas describía el surgimiento y la consolidación de una nueva forma de dominación autoritaria en la región: analizando la dictadura de Juan Carlos Onganía, desnudaba la coalición de militares, burgueses y estamentos tecnocráticos para desplazar a la clase política, someter a los sectores populares y restablecer el “orden social”. Una escena que, con sus matices y sus agregados de horror, se reiteraría en los ’70, en el país y en Latinoamérica. El libro estaba casi concluido cuando se produjo el golpe de 1976; el manuscrito se salvó escondido en la casa de los padres de O’Donnell y recién sería publicado a fines de 1982.

Durante los primeros años de la dictadura, la principal fuente de ingresos con que O’Donnell mantenía a su familia –que ya incluía a sus hijos Santiago y María, hoy reconocidos periodistas– era su sueldo como investigador del Conicet. Hasta que un día de 1979 dejaron de pagarle: “A partir de ese momento no existí más. Un par de veces fui a preguntar por mi situación y nadie sabía nada. Los empleados de mesa de entradas me miraban como a un delirante que decía ser investigador y no figuraba en ninguna parte... Ese régimen de terror producía también estos pequeños hechos surrealistas, ridículos (...). Siguiendo su lógica, indirectamente me suprimieron”. Ese mismo año aceptó una oferta para mudarse a Río de Janeiro y dirigir el programa del Congreso de Ciencia Política: “Me fui por un año... y tardé 25 en volver”, contaba.
Desde entonces, su periplo internacional lo llevó a desarrollar tareas como profesor e investigador en las universidades de San Pablo, California, Stanford, Oxford, Cambridge y Notre Dame; también, a integrar la Academia Norteamericana de Artes y Ciencias y a presidir la Asociación Internacional de Ciencia Política. Con la recuperación de la democracia, sus intereses comenzaron a hacer foco en los procesos de transición post–autoritaria: de ahí los cuatro tomos de Transition from Authoritarian Rule, que editó en 1986 junto a Phillipe Schmitter y Laurence Whitehead. Otro gran hito de su obra lo marcó la elaboración, a principios de los ’90, del concepto de “democracia delegativa”, con el que intentaba comprender las experiencias latinoamericanas de gobierno de aquellos años, signadas por una concepción y una práctica del poder político que es democrática porque se basa en elecciones y, entre otras cosas, porque mantiene las libertades, pero que limita la participación popular al ejercicio del voto. En ese sentido, su perspectiva republicana e institucionalista confrontó, en general sutilmente, con los populismos. Como sucedió con El Estado burocrático..., sus nociones terminaron describiendo fenómenos mucho más amplios y perdurables de lo que tal vez él mismo se había propuesto. Y, más allá de la valoración política que despierten, son parte del legado que lo sobrevivirá.

Los restos de Guillermo O’Donnell eran velados anoche en la Legislatura porteña, donde hace dos años fue declarado Ciudadano Ilustre, y lo serán también hoy, desde las 8 hasta las 13. El sepelio se realizará en el Cementerio de la Recoleta, a las 14.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Boletín informativo Nº 1


Boletín informativo del Centro De Estudiantes de Política y
Gobierno, UNSAM
Nº 1
Índice

1-   Historia del proceso político del Centro.
2-   Elecciones en la Escuela.
3-   Presente y Futuro.


1- Historia del proceso político del Centro

     La conformación del Centro de Estudiantes de Política y Gobierno no es el producto de la pura deliberación autónoma de los estudiantes de la Escuela. Fue el producto de distintos debates y deliberaciones de los estudiantes del Campus en general. Con la participación de las escuelas de Humanidades, IDAES, Política y Gobierno y Ciencia y Tecnología (la cual estaba en pleno proceso de formación).
     La propuesta triunfante -en las votaciones de las distintas asambleas del 2010-, fue aquella en la cual se proponía crear centros de Estudiantes por Escuelas, frente aquella moción en la cual se proponía un Centro que nucleara a los estudiantes de todas las Escuelas. El argumento principal sobre la primera moción -en la manera de encarar la organización estudiantil- era que las distintas carreras, perfiles, y temática de las distintas escuelas tenían sus propias singularidades. Es muy difícil para un estudiante de Política entender cuestiones estructurales de las carreras de Ciencia y Tecnología y viceversa. La segunda opción quedó a medias representada por otra propuesta votada por mayoría: era la de conformar una Confederación  (con dos estudiantes por escuela) inmediatamente a la creación de los distintos Centros de Estudiantes.
     Es así que la Escuela de Política y Gobierno fue la primera Escuela en sancionar su Estatuto,  y convocar a elecciones.




2- Elecciones en la Escuela

     El Estatuto fue votado por asamblea general de los alumnos de Política y Gobierno el miércoles 14 de Septiembre,  siendo sancionado con modificaciones en el artículo cuestionado por estudiantes de primero y segundo años. Se reformaron las condiciones para presentar lista. Se bajó la cantidad necesaria de materias aprobadas para presentarse a elecciones. El espíritu del estatuto siguió vigente. El presidente y vicepresidente debían tener 10 materias aprobadas de la carrera. Esto se dispuso pensando en la legitimidad de las nuevas autoridades del centro frente a los compañeros de las  distintas carreras. También garantizaba que los elegidos sean estudiantes pertenecientes a las carreras de Política y Gobierno, conocidos por estudiantes de los distintos años de las carreras.  
     Las elecciones fueron convocadas por la junta electoral para que se celebraran entre los días 14 y 21 de Octubre, teniendo la posibilidad de votar entre las 10:00 y las 13:00 para el turno mañana, y entre las 16:00 y las 18:00 para el tuno nocturno. La Escuela de Política y Gobierno dispuso dos veedores, así como también prestó las instalaciones de la oficina para depositar la urna y las distintas listas. Los veedores de la Escuela cuidaron de las urnas, dejando bajo llave en la escuela por las noches. El centro de Estudiantes de Ciencia y Tecnología también dispuso de veedores para garantizar la transparencia de la elección, es así que la compañera de CECyT, Anna Joncquel participó como veedora de la elección.
     Se presentaron 2 listas para las elecciones del Centro de Estudiantes.  La Lista 73 del Frente Universitario Popular (FUP) y la Lista 9, de Estudiantes Unidos. La elección tuvo el porcentaje más altos de las distintas escuelas de la UNSAM, en cantidad porcentual de sufragantes. La lista 73 que llevaba como candidata a Presidenta a Brenda Fernández resultó ganadora, mientras que la lista 9 –que solo llevaba candidatos a vocales- quedó relegada a segundo lugar. Números:

Comisión directiva y Vocales:


Lista 73 a C. Direc. : 111 votos. Vocales: 100 votos
                    
Lista 9 a C. Direc.: 0 (no presentó lista) Voc.: 14 votos


Estudiantes electos del proceso de elección al centro de estudiantes de Política y Gobierno, 21 de octubre de 2011:


AUTORIDADES DEL CENTRO DE ESTUDIANTES

Presidenta: Fernández, Brenda
Vicepresidente: Sieben, Mario
Sec. Tesorera Adm.: Míguez, Lorena
Sec. Extensión: Adorno, Rafael
Sec. Académico: Moreira, José
Sec. Relac. Estad.: Marcilio, Iván
Sec. Prensa y Prop.: Sayes, Cristian
Sub. Sec. Actas: Landa, Lucia
Sub. Sec. Dep. Cult: Barrientos, Juan
Rev. De Cuentas Titular: Suppa, Sebastián
Rev. De Cuentas Supl. : Herrera, Daniela
Vocales Titulares:
                            Maglio, Nora
                            Guelfi, Neuhel
                            Gibert, Mario
Vocal Suplente:
                            Difino, Gabriel

3- Presente y Futuro

     La conformación del Centro de Estudiantes es el primer paso para articular el interés del estudiantado con los intereses de la sociedad, la universidad y las distintas demandas de los actores del mundo académico y educativo.  Esta articulación tiene dos pasos fundamentales a Construir:

1-     En relación  a la Escuela de Política y Gobierno
2-     En relación a la Universidad en su conjunto.
   
     La primera pertenece a la Escuela y es deber nuestro articular la problemática, las distintas demandas del estudiantado con la Escuela. Es decir, promover eventos que atiendan a la estructura académica de la Escuela, así como también informar, comunicar institucionalmente los contenidos de las Carreras de la Escuela, así como participar en la articulación de los distintos estamentos de la discusión. Desde este plano, el CEPyG proyectará el viernes 18 la película Gramsci, los días de cárcel, en el Teatro Tornavia a las 15:30 hs. Otro evento será la fiesta de despedida organizado para Miércoles 20 de 15 a 22. Fiesta de despedida de Fin de año.
  
  La segunda pertenece la generalidad de las distintas Escuelas y tiene que ver con la conformación de los distintos  Centros de Estudiantes. Por estos días se celebrarán en las Escuelas de Humanidades e IDAES elecciones par los Centros de Estudiantes. El CEPyG participa como veedor, y acompaña a las distintas organizaciones estudiantiles que propongan la unidad diversa de las escuelas en una voluntad común. Hay problemas que cruzan todas las problemáticas del estudiantado. Y para solucionar dichos problemas es necesario la articulación en un bloque una voluntad común que pueda solucionar los problemas concreta que atañen a la comodidad, bienestar de la comunidad académica y en especial al estudiantado de la UNSAM. Es necesario articular disposiciones comunes en la demanda efectiva de realidades que atiendan a los estudiantes. Ejemplo de estos problemas son aquellas referidas al espacio estudiantil propio; precios accesibles para que el estudiante pueda desarrollar todo su potencial sin que intermedie en este desarrollo intereses usurarios; también producción académica que sirvan de sustento a la conformación del pensamiento critico, necesario para la articulación de las entidades publicas con el interés de la sociedad en su conjunto. Como pensara John William Cooke:

"El intelectual revolucionario es aquel que no concibe el acceso a la cultura como un fin en sí mismo ni como atributo personal, sino como la ventaja que un régimen injusto pone al alcance de unos pocos, y solo tiene justificación en cuanto parte de ese conocimiento sea compartido por las masa y contribuya a que estas se enriquezcan su conciencia de la realidad en cuanto pueda transformarse en acción revolucionaria”. (John William Cooke, "Universidad y País", 1964)

     La ciencia, la cultura, el conocimiento, no es un atributo personal de innato de las personas individuales, sino el producto de una exclusión, de una desventaja, simplemente es el producto de un régimen injusto de distribución de conocimiento, donde unos poseen y otros son desposeídos de este capital simbólico y cultural. Este conocimiento solo es justificado si sirve para enriquecer el pensamiento critico de la sociedad en su conjunto. Si no sirve para liberar, no sirve para nada. 

Noviembre, 2011

Cristian Sayes                Brenda Fernández
Secretario de Prensa            Presidenta
CEPyG                           CEPyG